El Gobierno español plantea en estos momentos una reforma fiscal que supone bajar el IRPF y recaudar más por IVA. Es decir, por esta reforma se tributaría menos por el IRPF y se aplicaría IVA a más productos de consumo, o lo que es igual, reducir los impuestos al trabajo y elevar los gravámenes al consumo.
Esta nueva regulación no significa aumentar el tipo impositivo del IVA, sino que se aplicaría a más productos. Entre excensiones y tipos reducidos en este impuesto se dejan de recuadar 16.500 millones de euros al año. Además, no se descarta cambiar la tributación por vivienda en propiedad.
Este tipo de reformas que se están dando vienen por el hecho que desde el comienzo de la crisis, allá por el año 2007, España ha dejado de ingresar mucho más dinero que el resto de socios europeos. En España existen argumentos para elevar los impuestos a la sociedad y obtener más ingresos, debido a la situación que se plantea desde entonces.
Así, el Gobierno estudiará además las recomendaciones fiscales del Fondo Monetario Internacional (FMI) de aumentar la recaudación mediante impuestos a la propiedad. El FMI ha recomendado una revisión de los sistemas fiscales actuales porque la capacidad para generar impuestos es limitada.
De esta manera, esta fórmula, siempre con matices, ya se emplea en pequeña escala. Algunos países han empezado a valorar este tipo de actuaciones para introducir este nuevo impuesto que gravará la propiedad y todos los bienes de los grandes patrimonios de una forma distinta a la del impuesto del Patrimonio actual. En el IRPF computan como renta presunta las segundas o más viviendas que cuentan con un 2% o 1,1% del valor catastral de la actuación del valor.
Los asesores fiscales reclaman, por su parte, una bajada del tipo y un incremento de los ingresos por cada tramo tanto en el IRPF como en Sociedades. La tarifa, de esta manera, debería modificarse a la baja para no castigar a las rentas medias y los niveles sobre los que se aplican deberían ser revisados.