Los principales motivos por los que la persona propietaria de un vehículo decide tramitar la baja temporal vehículo son los siguientes: cuando lo vayamos a retirar de la circulación con carácter temporal, como sucede por ejemplo ante una larga estancia en otro país o cuando tenemos una avería muy costosa que no podemos reparar de forma inmediata, por poner un par de ejemplos.
También se puede dar de baja temporalmente un vehículo cuando ha sido sustraído, siempre que hayamos denunciado el hecho, claro. Y cuando se entrega a un vendedor para que este lo ponga a la venta o, por no poder llevar a cabo su mantenimiento básico. También se puede solicitar la baja temporal del vehículo, cuando acabe un alquiler con opción de compra o un alquiler a largo plazo y el vehículo pasa a manos del arrendador para luego ser transmitido (vendido) o arrendado (alquilado).
Generalmente, la documentación que se debe aportar es la documentación del vehículo, entendida como tal el permiso de circulación y la tarjeta de la ITV, y una tasa, a no ser que la baja temporal se tramite por sustracción del vehículo, para lo que nos pedirán la denuncia.
Si te decides a dar de baja temporalmente tu vehículo, debes saber que no lo podrás dejar estacionado en la calle y, obviamente, no podrás circular con él. El coche deberá estar aparcado obligatoriamente en un garaje, público o privado. No hay un plazo máximo para dejar un vehículo en situación de baja temporal de vehículo. Es un periodo en el que está prohibido circular con ese vehículo por las vías públicas y por las vías y terrenos privados que emplee cualquiera para circular, como puede ser por ejemplo el parking de un hipermercado.
A modo de nota diremos, y ya que la baja puede hacerse temporal o definitivamente que, en el segundo caso, abandonar un vehículo en la vía pública, aparte de dañar el medio ambiente, conllevaría una multa de entre 600 y 30.051 euros. Si los residuos del vehículo han provocado daños ambientales, esta cifra puede aumentar hasta los 600.000 euros.